¿Qué hora sería? Las dos y cuarenta y cinco de la mañana y tengo un toque de sueño pero me ganaron las ganas de empezar de nuevo con explayarme en alguna página con un título de Juana Molina y colores que no me gustan del todo.
¿Será que con tantas vueltas nos perdimos queriendo encontrarnos? Yo no sé muy bien quién soy, pero me gusta esto. Me gusta despertarme y seguir sorprendiéndome de mí misma, tanto como de vos. Me gusta no tener muy bien una meta fija pero saber por qué camino estoy viajando... ¡Hasta a veces me gusta reírme cuando tengo ganas de llorar!
No me gusta más el típico texto a esta altura: "este año aprendí muchas cosas, conocí a mucha gente que ha cambiado mi vida y fui muchas veces a la plaza a pasear al perro"... ¿sabes por qué? Porque es típico.
Así como también es típico el hecho de decir: "Año nuevo, vida nueva", cuando en realidad es adherirse al mismo estereotipo que la sociedad inventa para sentirse felices. La vida es la misma, los problemas siguen, y en el 2008 también pidieron que el 2009 sea mejor. Sus costumbres típicas me aburren.
28/12/09
24/9/09
20/9/09
Y que cuánto más querés que te traten bien, más mal te van a tratar. Entonces no te preocupes si hoy no te invitaron a ningún lado, si no tenés ganas de sonreír o si justamente nadie se acordó de vos. Siempre hay que recordar quiénes son los "verdaderos amigos", que son uno o dos: los demás están, sencillamente, de más.
Y no tengo verguenza de gritarte, humillarme y enredarme en vos. Y al otro pasado tan pisado, como se diría y como debería decirse, no lo necesito más. Porque me canse de sentir ese peso en la espalda, que no me sirve de nada... y a vos ¿te sirve? Poco y nada.
Entonces regalame tu orgullo, que yo te regalo mi suerte y muy quizás le saquemos provecho. Ah y feliz primavera, me encanta la primavera.
Y no tengo verguenza de gritarte, humillarme y enredarme en vos. Y al otro pasado tan pisado, como se diría y como debería decirse, no lo necesito más. Porque me canse de sentir ese peso en la espalda, que no me sirve de nada... y a vos ¿te sirve? Poco y nada.
Entonces regalame tu orgullo, que yo te regalo mi suerte y muy quizás le saquemos provecho. Ah y feliz primavera, me encanta la primavera.
16/9/09
Y que hoy es un día en el que no sólo me duele la espalda sino que me duele el cansancio de querer mandarte a la mierda. Después de un toque logré entender que no sos más que un par de entrevistas colgadas en Youtube, una careta (que todavía no pudiste quitarte) y las mismísimas ganas de jugar conmigo. Y que el contador de Facebook almacena dos, tres, cuatro, cinco minutos. No respondiste todavía. Y que ya estoy harta de que todos me digan que soy cero verguenza, que no tengo problema de encarar y demáses... porque en algunas situaciones cuesta. Y es mejor escapar que afrontar. ¿Te decidirás a tiempo? Che, en serio, no me rompas las bolas. Y entre los cuántos que andan dando vueltas, ¿con quién te quedas? Con el paquete de gomitas de mora y frambuesa que un poquito más zafan, entre parentesis: con ninguno.
8/9/09
Y que yo también tengo un poquito de orgullo (pero vos shh)
En el correr de los por qués nos perdimos un ratito pensando. Y llegamos a la conclusión de que todo llega. Lástima que yo corro (pero no pasa naranja). Porque vos sos yo y yo soy vos y todavía, todavía, todavía no nos entendemos. No te preocupes, que yo también me mareo, y no es cuestión de andar culpando a nadie... pero creo que vos, (sí, vos) fallaste un poco. Así como también creo que por hoy me conformo con una leche chocolatada Nesquik, la novela de las diez o algún tema bajonero de Franny que me haga dejar de pensar un poco.
Porque la cuestión ya no es buscar respuestas, la cuestión es descartar, engañarme. Porque prefiero estar acá pensando que todavía estás acá, a saber que tu voz ya no quiere saberse más mi canción. Y es así. Que mientras tenés frío en los pies, son las nueve y media y vos pensás en qué es mejor: estar con una o estar con todas? Y otro por allá te grita que vivas la vida, al otro que le molesta que seas un poco egoísta con vos mismo y yo... ¿Yo? Sí, yo. Yo que estoy acá todavía esperando algo que no sé qué será pero que ya, ya, ya llega eh.
Porque la cuestión ya no es buscar respuestas, la cuestión es descartar, engañarme. Porque prefiero estar acá pensando que todavía estás acá, a saber que tu voz ya no quiere saberse más mi canción. Y es así. Que mientras tenés frío en los pies, son las nueve y media y vos pensás en qué es mejor: estar con una o estar con todas? Y otro por allá te grita que vivas la vida, al otro que le molesta que seas un poco egoísta con vos mismo y yo... ¿Yo? Sí, yo. Yo que estoy acá todavía esperando algo que no sé qué será pero que ya, ya, ya llega eh.
7/9/09
Con un pote de Trix con leche estoy hecha, eh
Y que hoy ya dudé de mi contraseña de Blog, Facebook y alguna que otra loca página que ande dando vueltas por ahí (si es que duran, porque tengo la maldita costumbre de eliminar todas mis páginas). Que andá a saber qué camino quieras tomar y si tenés ganas de humillarme un poco más.
O que pensas y pensas y ¿a dónde te crees que llegaste? A ningún lado. Y abrís la puerta, te ponés la campera, salís, para seguir sumergido en esa soledad y en el hambre de la misma sociedad que no te deja ni vivir. No, no sigamos.
Definitivamente, el peor insulto para mí es ser del montón. Y, ¿sabés qué? Vos sos del montón!
5/9/09
Yo salgo de vos y entro en mí
Y por supuesto, no podría faltar la inmadurez de alguien que no es nadie en tu vida pero que te afecta; los sábados que parecen domingos y que no haya galletitas en la alacena.
Mientras vos vas por allá, yo voy por acá y ni siquiera se si todavía nos entendemos. Pero, ¿qué importa ahora? Yo salgo de vos y entro en mí. Y no es relevante que no hayas terminado el libro que te recomendé, que no hayas visto mi película favorita y que no sepas cuál es mi sabor preferido de caramelos Sugus: yo te quiero igual.
Mientras vos vas por allá, yo voy por acá y ni siquiera se si todavía nos entendemos. Pero, ¿qué importa ahora? Yo salgo de vos y entro en mí. Y no es relevante que no hayas terminado el libro que te recomendé, que no hayas visto mi película favorita y que no sepas cuál es mi sabor preferido de caramelos Sugus: yo te quiero igual.
31/8/09
Ida y vuelta
Cerrá los ojos e imagináte esto:
Ella lo mira desconcertada , mientras espera que el mozo le traiga la cuenta del café que no pudo terminar. Él piensa que el mundo estaría mejor sin tanta fragilidad en sus manos. Mientras tanto, él la observa y –aunque ella no lo sepa- está perdidamente enamorado desde el primer momento en que la vio.
Ellos caminan sin importar qué. Al mismo tiempo un auto rojo pasa por al lado con la música a todo lo que da. Toca bocina. Pero ellos no lo notan, siguen inmersos en encontrar en sus miradas mayor profundidad.
Ana lo ama con todo su corazón y, en el momento en el que ella está pensando en Lucas, él le repite las mismas palabras a otra mujer mientras le besa el cuello y le va sacando el vestido. Ana no lo sabe y por su mente, casi telepáticamente, empieza a abordar la idea de si realmente existe la fidelidad. Le da miedo el hecho de pensarlo y coloca su mente en blanco. Segundos después huele las flores que él le regaló y las pone en un frasco con agua. Luego sonríe con una felicidad que nace desde adentro.
¿Y yo? Yo escucho alguna canción que me hace acordar a vos... (como siempre) y nada más.
Ella lo mira desconcertada , mientras espera que el mozo le traiga la cuenta del café que no pudo terminar. Él piensa que el mundo estaría mejor sin tanta fragilidad en sus manos. Mientras tanto, él la observa y –aunque ella no lo sepa- está perdidamente enamorado desde el primer momento en que la vio.
Ellos caminan sin importar qué. Al mismo tiempo un auto rojo pasa por al lado con la música a todo lo que da. Toca bocina. Pero ellos no lo notan, siguen inmersos en encontrar en sus miradas mayor profundidad.
Ana lo ama con todo su corazón y, en el momento en el que ella está pensando en Lucas, él le repite las mismas palabras a otra mujer mientras le besa el cuello y le va sacando el vestido. Ana no lo sabe y por su mente, casi telepáticamente, empieza a abordar la idea de si realmente existe la fidelidad. Le da miedo el hecho de pensarlo y coloca su mente en blanco. Segundos después huele las flores que él le regaló y las pone en un frasco con agua. Luego sonríe con una felicidad que nace desde adentro.
¿Y yo? Yo escucho alguna canción que me hace acordar a vos... (como siempre) y nada más.
24/8/09
Y recurrimos a viejos CD's que teníamos olvidados, a que nos sigan escuchando poco, a detestar a las personas que quieren llamar la atención y a meterme en el constante personaje de una obsesiva, paranoíca y loca mujer que se llama Evelyn. Pero no, no soy yo.
Y que tenés el ego por las nubes, que te gusta que te digan lo que no sos, y encima te lo creés. (Pero está todo bien). Porque es así: se concluyen etapas, cambian, mientras la frase "nada se destruye, todo se transforma" va pasando por mi mente en forma constante; voy pensando seriamente en darme por vencida. Al final, tenías razón: éramos como las mariposas. Son hermosas, pero duran poco.
Y que tenés el ego por las nubes, que te gusta que te digan lo que no sos, y encima te lo creés. (Pero está todo bien). Porque es así: se concluyen etapas, cambian, mientras la frase "nada se destruye, todo se transforma" va pasando por mi mente en forma constante; voy pensando seriamente en darme por vencida. Al final, tenías razón: éramos como las mariposas. Son hermosas, pero duran poco.
Y después de leer un rato me puse a pensar en qué hay después de la muerte. Para mí no hay nada. Y el vacío más grande me invade, me paraliza. Me da miedo la muerte. Por otro lado, la vida es una y hay que disfrutarla a pleno. Pero, ¿alguien se preocupará realmente por nosotros cuando estemos muertos?, ¿alguien llorará por nosotros? Vivimos preocupados, entregándonos a un futuro que se nos hace cada vez más indeseable, más rutinario, más cansador. No sabemos cuándo nos va a tocar morir, pero dejemos aunque sea un pasado inolvidable, en el que no dejamos de sonreír un segundo, en el que nada nos puede herir: a fin de cuentas, nada es tan grave como parece... Por eso, no me queda nada más que decir que simplemente: Que sólo la cebolla te haga llorar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Datos personales

- La chica del sombrero
- soy algún cd que no quiero escuchar, un par de anteojos que se esfuerzan por ver y soy la sonrisa que generás en mí